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miércoles, 25 de noviembre de 2015

Secretos de Teatreros

En el año 2008 estuvimos entre bambalinas en la presentación de la obra "Del otro lado, nunca olvidas", rastreando algunos secretos. 


En un extremo, un banco con una tela roja daba la impresión de una pequeña mesa. Sobre esta, una botella de vino tinto y una copa. Al otro lado, un banco un poco más alto igualmente decorado, pero en éste, un teléfono fijo bien instalado. Entre cada uno de ellos había una distancia perfectamente calculada y dividida por un baúl que llenaba de incógnita el escenario.

Una colcha de cuero negro cubría todo el piso. Mientras unas telas rojas sostenidas a penas por unos delgados alambres, que desaparecían cuando la penumbra se asomaba, eran el elemento que daban a todo el conjunto la sutil sugerencia del romance y la pasión.  Detrás de todo lo anterior, un telón negro suponía que algo más se ocultaba. El secreto de los teatreros, ese que jamás debe ser revelado.

Jota había caminado varias calles sin poder conseguir el par de pilas que necesitaba, para cargar la cámara que tenía. En el Centro Histórico es sencillo hallar turistas, artesanías y precios elevados,  pero, un par de pilas doble AA alcalinas solo se consiguen si estamos cargados de una gran dosis de paciencia y determinación, más aun, cuando son las 6:45 de la noche y lejos de los centros comerciales.

Arnaldo, suele preparar cuidadosamente cada detalle de su obra. Nada es poco importante. Nada merece menos atención. Ser el director es algo que requiere compromiso, y Arnaldo lo sabía. Además, cuando se ha sido actor y espectador, se tiene una visión de lo que se quiere mostrar. Aun así, no se puede evitar sentir estrés.