Continuando con los Retazos y apropósito de la Navidad que pasó :
Por estos días, cuando todos afinan
los detalles para la cena navideña y el año nuevo, en Cartagena cada uno
celebra a su manera. La oleada de personas del interior hacia la ciudad, a
causa del desplazamiento y en busca de mejores oportunidades, ha hecho que a la
hora de celebrar la navidad, muchos quieran regresar, así sea por un día, a sus
lugares de origen.
Recordar, entre otras cosas, la
comida de mamá, la música propia de la región, las calles del pueblo, el olor a
monte. Estas fechas, le dan espacio a una mezcla de sentimientos que nos genera
bienestar, hacer un pare, compartir en familia y retomar el camino con más
fuerza.
En el barrio Los Almendros, Miguel
Ángel Díaz, quien desde hace 7 años vive en Cartagena, celebrará con su familia
que viene de Vélez, Santander. Cuenta que tomarán masato santandereano y chicha
preparada con miel de caña. La cena estará compuesta por unos pavos rellenos
que les mandarán desde Bogotá, ensalada de verduras y arroz con arvejas, propio
de su región. Por su parte, amenizarán la noche al ritmo de Darío Gómez y
música popular.
En otro punto de la ciudad, barrio
Nelson Mandela, sector Los Robles, Yamile Mejía, oriunda de Cocorná, Antioquia,
esperará la navidad y el año nuevo trabajando al frente de su tienda Nuevo
Mundo. Sin embargo, no es ajena a la época y desde ahora coordina todo lo
necesario para pasar la nochebuena con tamales y chicharrones. A su vez,
disfrutará la navidad con la ayuda de unos buenos aguardientes y escuchando
ranchera y vallenato.
El hecho de emigrar a hacia una nueva
región o país, genera una nueva dinámica social de interacción que muchas veces
resulta en que los visitantes acogen las costumbres de la región a donde
llegan. Eso ha sucedido con muchas familias de la ciudad que hoy en día ya se
sienten cartageneros.
Aunque puede llegar a suceder también
lo contrario, que las personas foráneas decidan por voluntad propia, conservar
sus costumbres, y precisamente fechas especiales como esta, son propicias para
reafirmar este tipo de sentimientos.
Muchos barrios de Cartagena como el
Pozón y Nelson Mandela son perfectos para encontrar gente de diversas partes de
Colombia. De igual manera, los proyectos de vivienda de interés social como
Ciudad del Bicentenario, Flor del Campo y Ciudadela Colombiatón, también
albergan colombianos oriundos de los cuatro puntos cardinales del país.
Duvian Giraldo es propietario de la
panadería La Mejor Esquina en Colombiatón. Desde hace 19 años huyó de su natal
Alejandría, Antioquia a causa de la violencia. A pesar de eso, logró dejar
atrás sus recuerdos dolorosos y hoy preparan un gran sancocho de gallina para
el 24 de diciembre, al calor de unos guaros, música ranchera y de Los 50 de
Joselito.
En el vecino Flor del Campo, Aquiles
Carriazo, no olvida a su natal Sucre. Este residente de la calle principal del
barrio se vino hace 2 años a Cartagena huyendo de la violencia paramilitar. Se
dedica a trabajar la madera y hoy puede sacar pecho de que tiene una casa
propia e ingresos que le permiten subsistir modestamente. Para la nochebuena ya
tiene escogido al cerdo que va a sacrificar para preparar un suculento arroz y
también para hacer pasteles.
Muchos de los nuevos moradores de
Cartagena, aun cargan con el estigma del desplazamiento y la desconfianza
propia de quien ha padecido la violencia. Al mismo tiempo, Cartagena se afianza
como una ciudad donde converge gente de todas las regiones.
Por un lado, están los turistas que
vienen por placer, y por el otro, compatriotas que vienen de sur a norte
arrastrando su miseria, en busca de una mejor suerte. Unas de cal y otras de
arena. Sin embargo, en estos barrios, donde muchos ya están acostumbrados a la
inseguridad diaria, por estos días se respira calma y tranquilidad, por lo menos
una vez al año. A causa de la bendita navidad, deberíamos celebrar más a
menudo.
Por: Rafael Pereira.
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