Pensaba en algo moderno, en las
formas de conocer el mundo. Pensaba en tantas invenciones. Me preguntaba si lo
que determinaba nuestro estado de modernidad era el artilugio de sentirnos a la
vanguardia tecnológica o si por el contrario, esos mismos artefactos nos llevaron
a un estado mayor. El asunto se volvió tedioso, y busqué expresar mis ideas con
imágenes. Corriendo el riesgo, claro está, de ser aún menos claro.
Ahora, la cuestión es de narraciones.
Narrar desde lo moderno o más allá. En últimas entender eso nos ayuda a
narrar-nos. Entonces salí en busca de artefactos que activaran la conciencia.
Quizás todo consiste en una ilusión, cuestión de perspectivas y de teorías que
llenan la cabeza de un montón de ideas acerca de la modernidad y etc. O de formas
complacientes que nos llevan a asumirnos a la altura de un mundo que puede no
andar a nuestro ritmo o viceversa.
A cielo abierto.
Conversaciones entre una lámpara de calle y unos cables de
alta tensión.