El escenario aparece. Wendy
empieza a leer un cuento de piratas a
los niños. Estoy esperando para abordar al avión. Hay una sensación extraña en el estómago,
quizás sea ansiedad, o simplemente hambre. Todas las luces son blancas. Wendy
lee con dedicación y los niños imaginan que son ellos los personajes de ese
cuento. Tres camas y un perro a los pies
de los niños. Subo con cuidado para no evidenciar mi inexperiencia. Busco la
silla y me acomodo. El avión despega y empiezo a ver el mar como quien admira
un cuadro impresionista. La luz sobre las formas.
Ahora los niños duermen. Todo
está en calma. Una señora a la derecha insiste en comentar la obra. Peter pan
llega volando. Las nubes son ficciones gaseosas, el avión las atraviesa y yo
imagino que un castillo se eleva desde un cúmulo a lo lejos. Ahora debo estar de cabeza, pienso. De cabeza
como le pasa a algunos personajes en las películas. Peter vuela, recorre el
espacio y aterriza cerca de los niños, camina con cuidado y una luz verde hace
un ruido de campana.
Los niños se van con Peter y
Campanita siente celos de Wendy. Hay una danza.
El arcoíris es un montón de hadas de colores que bailan después de la
lluvia. Todo se ve pequeño, como los mapas en las clases de geografía. ¿Qué es
un accidente geográfico?- preguntaba la seño Aura. Montañas, valles, ríos. Todo se ve pequeño. Luego desaparecen las
formas y solo hay nubes. Y Peter llega a Neverland.
El cocodrilo lleva un tic tac por
dentro. Garfio le teme. El tiempo en el aire es como una línea que se prolonga.
El cocodrilo sigue y Garfio huye. ¿Qué desea tomar, señor?- pregunta la
azafata. Tiene una cara bonita. Los indios danzan en el escenario. Durazno- le
respondo. El jefe indio da instrucciones. Los niños perdidos escuchan a Wendy
leer sus historias. Aterrizamos. Esta es una ciudad muy fría.
Neverland está llena de Sirenas; de niños perdidos que tiene en los ojos la soledad de los abandonados. Peter baila y Wendy siente
deseos de regresar. En algún momento de nuestra vida, algo ocurre, es un click,
un cambio en el sentido de las cosas, dejamos de parecer niños perdidos para
volvernos adultos que no pueden volar. Empieza la batalla. Garfio y Peter se
enfrentan, es una batalla de siglos. Es ver cómo el mundo se enfrenta. El ser
humano quebrado entre la inocencia y el miedo al tiempo.
Sucede siempre, despiertas y ya
todo se ha ido. El escenario está vacío. La gente aplaude y las calles esperan
por ti. Esta es una ciudad que vale la
pena explorar, decían. Caminas en la noche, sientes cómo es posible ser un
extranjero. Hay un bar con baladas románticas de ayer y hoy. Está lleno. Recuerdas el barco de Garfio con
los niños perdidos atados. Un tipo imita a Gloria Trevi, sonríes viéndolo en el
performance. Hay un halo de juventud en él, como si fuese posible detener el
tiempo en alguna parte del ser humano. Vuelves, te recoges entre sábanas, y
sientes que el tic tac sigue allí, que no solo se traga a Garfio sino que está
dispuesto a hacer lo mismo con todos. Al día siguiente estás volando, entre las
nubes. Piensas en todos los que se cuestionan por el paradero de Wendy y sus
hermanos. Mientras tú, en un momento del vuelo, te descubres preguntándote ¿a
dónde fue Peter Pan?
por: Márquez.
2 comentarios:
Voy a hacer el comentario más corto de mi vida: me gustó
Lo bueno se repite, lo volví a leer y me encanto aún mas, me alegra que me refresques la memoria con este artículo, Gracias, si amaré ser Retro.
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